miércoles, 16 de diciembre de 2009

¿Quiénes somos?¿De dónde venimos?¿A dónde vamos? (¿Estamos solos en la galaxia o acompañados?)

¿Nunca os lo habéis planteado? Yo sí. Y alineada con mi óptica positivista de la humanidad tengo mi teoría.

Hace poco y con ocasión del 150 cumpleaños de su primera edición volví a releer el 'Origen de las especies' de Darwin... y cómo otras veces casi me quedé en el prólogo... En él, no obstante, se planteaba una idea bastante interesante: está muy bien pensar cómo hemos llegado hasta aquí pero... ¿y ahora? ¿qué es para nosotros (el ser humano) la selección natural? ¿en qué consiste nuestra mejor adaptación al medio?

Desde mi punto de vista estas preguntas están muy relacionadas con Internet, la Sociedad de la Información, la Web 2.0 (y 3.0) y lo que es una nueva forma de relacionarse social y personalmente (complementaria que no substitutiva) en lo que yo veo el germen de una conciencia global (http://usnowfilm.com).

Me encanta Asimov y, sobre todo, la saga de las fundaciones y la teoría de Gaia... Discrepo en el planteamiento de la base de esa conciencia global. Yo, al contrario que Isaac, creo que no se desarrollará esa conciencia global a partir de una ciencia psicohistórica y un sorpresivo y, casi mágico, dominio de la telepatía y de las ondas cerebrales. Creo que lo que viene, viene de la mano de la tecnología y, para el que piensa ¿Donde quedará nuestra individualidad? Le contestaría lo mismo que contesta Bliss en 'Fundación y Tierra': ¿Crees que las células echan de menos su individualidad desde que de protozoos se convirtieron en organismos mucho más complejos con todas las posibilidad a las que eso daba acceso?

Y, mientras tanto, iremos mantenido una doble vida... La física y la puramente intelectual dentro de un macroorganismo con una conciencia (casi) independiente en la medida en que nos trasciende. Como la matriz o el ciberespacio del 'Neuromante' de William Gibson...

Y todo ello aderezado con una históricamente implacable tendencia empática, solidaria, altruista... ¿Qué le vamos a hacer? Igual soy un ingenuo... Creo que la historia nos muestra que a pesar de que ahora estamos muy mal, salvando crisis históricas, circunstancias geográficas y excepciones individuales que todos podemos reconocer, siempre acabamos apuntando a mejor en lo que a valores morales se refiere.

¿Y tú qué crees?

miércoles, 12 de agosto de 2009

Por fin el Colegio Profesional de Ingenieros en Informática de Andalucía

En realidad tampoco es una noticia muy novedosa pero el tiempo transcurrido desde su creación y puesta en marcha (aunque sólo sea parcial) ya permite realizar una evaluación de la trayectoria inicial de esta entidad.

'Como agua de Mayo'... Así se ha esperado siempre la existencia de esta institución. Muy posiblemente fuera esa la razón de que aún no existiera, que la mayoría de nosotros nos limitábamos a esperarlo, yo mismo he de reconocer que mi aportación ha sido nula hasta el momento en que llegó a mis manos el borrador que se enviaba al Parlamento de Andalucía de Ley de Creación del Colegio de Ingenieros en Informática.

Desde entonces, quizá un poco por complejo de culpabilidad, participo y colaboro en la medida de mis posibilidades (conciliación de la vida familiar, laboral y colegial).

Estamos viviendo tiempos interesantes con contínuos reveses y alegrías, alegrías que se convierten en reveses y reveses que no lo son tanto. Personalmente me niego a quedarme al margen esperando a ver que pasa. No podría soportar no participar en el proceso para bien o para mal y dentro de unos cuantos años preguntarme si hubiera podido hacer algo por cambiar las cosas. Estamos en un momento y una oportunidad única para nuestra profesión.

En menos de un año: se han constituido los Colegios en Andalucía (Noticia en CPIIA, Ley CPIIA y Ley CPITIA), hemos vivido dos manifestaciones y una huelga (Noticia 18D08, Repercusión nacional 18D08, Convocatoria 17M09, Noticia huelga y manifestación 17M09 y, finalmente, Evaluación posterior 17M09) y, como consecuencia de ellas, se han elaborado y publicado unas pseudo-fichas de competencias para los estudios de Grado y Máster, se ha admitido a trámite la Ley de Creación de los Consejos de Colegios nacionales (Propuesta PP Ley creación CCII,Propuesta PP Ley creación CONCITI, Propuesta PSOE Ley creación CCII y CONCITI, Toma en consideración Congreso Ley CCII, Toma en consideración Congreso Ley CONCITI y Resultado), incluso se ha admitido a un representante de los Consejos de Colegios (CCII y CONCITI) al Comité Asesor para las Telecomunicaciones y la Sociedad de la Información (CATSI) y, lo que es más importante, en el debate de toma en consideración, todos los grupos hablaron de la importancia y protagonismo que nuestro colectivo debe tener en el incremento de productividad del tejido industrial español, especialmente a la hora de salir de la crisis en la que nos encontramos, a través de la innovación y las tecnologías de la información y que esto requiere la asignación de unas atribuciones profesionales que pongan sobre la mesa lo que para mí es una verdad como un templo: nuestras universidades se encargan con éxito de que los egresados en Ingeniería Informática (Técnica, Máster y Grados) sean los profesionales mejor preparados y que aporten mayores garantías a la hora de gestionar los sistemas que componen nuestra sociedad de la información.

Eso no quita que, en la actualidad, haya grandes profesionales que hayan aportado, aporten y sigan aportando mucho a esta profesión y cuya experiencia y formación (aunque sea no Universitaria o en otras áreas de conocimiento) los haga muy valiosos. Pero entiendo que esa fue una situación coyuntural provocada por la ausencia de la adecuada formación oficial y que tiene una fecha de caducidad. Igual que en cualquier otra Ingeniería. Ya tenemos la formación adecuada, de calidad, experiencia y garantía y debe ser esa formación la que habilite para el ejercicio de la profesión en el futuro.

Como comentaba antes la inquietud y sentimiento de necesidad de participar en el proceso que estamos viviendo me llevó, junto con otros compañeros, incluso siendo funcionarios de la administración y, por tanto, no obligados a colegiarnos para el ejercicio de la profesión, primero a registrarnos, luego a censarnos y, no hace mucho tiempo, a colegiarnos. Personalmente entiendo que el Colegio es la herramienta y el marco en el que luchar por la profesión.

Desde hace más de un año trabajamos dentro de una Comisión de Trabajo provisional (esperamos que sea definitiva en el marco del nuevo Estatuto Definitivo del Colegio) de Trabajo para Administraciones Públicas (CTAP@cpiia.org) de la que hace unos meses me han encargado la Coordinación.

También participamos regularmente en los foros (de acceso restringido a los colegiados) en los que se presentan inquietudes, se comparten noticias, se plantean propuestas, se discuten puntos de vista, etc.

Está claro que nuestro Colegio es aún un germen y que hay mucho que mejorar pero, ¿no es desde dentro desde donde hay que ayudar a mejorar las cosas?.

He hablado con mucha gente sobre la colegiación y la participación en el colegio.

A los que me dicen que son funcionarios y que el tema no va con ellos les digo que si además no se consideran profesionales de la ingeniería en informática y que si la carrera que estudiaron no se llama así, puedo estar de acuerdo con ellos, pero en caso contrario, el Colegio es el motor de la dignificación de esta profesión.

A los que me dicen que qué les va a dar el Colegio a cambio de la cuota de colegiación les digo que si todos nos hiciéramos la misma pregunta la respuesta nunca podría dejar de ser: NADA.

A los que me dicen que no les gusta como se hacen las cosas en el Colegio o que ellos harían esto en lugar de lo otro o no harían lo de más allá les digo que las cosas sólo se pueden cambiar desde dentro.

Este es un momento muy importante para el colegio que además de acabar de arrancar en muchos aspectos va a vivir su primera Asamblea General y la aprobación de sus Estatutos definitivos que son el alma de la corporación (estos estatutos están disponibles para los Colegiados para su revisión antes de la Asamblea General que, si no hay inconveniente, se celebrará en Septiembre).

También se están manteniendo contactos bastante fructíferos con el entorno universitario andaluz algunos de los cuales ya se han materializado en convenios marco de colaboración y acciones concretas (como la colaboración en la elaboración de planes de estudio), mientras que otros están a punto de hacerlo.

Mientras se sigue trabajando:
  • Ofreciendo a los colegiados un seguro de responsabilidad civil, un entorno colaborativo a través de la Web del Colegio (con foros, cuenta de correo, etc.), un CRM de soporte, asistencia jurídica y laboral, orientación profesional, boletines electrónicos, revista y, por supuesto, todo ello asociado al carné de colegiado.
  • Luchando por convertir las actuales pseudo-fichas recién publicadas en BOE en unas fichas de competencias con reserva de nombre y de obligado cumplimiento, entre otras cosas.
  • En conseguir las atribuciones en materias como la Auditoría de Sistemas de Información, LOPD, Peritación Informática, etc. mediante la necesaria regulación de la profesión.
  • Elaborando una oferta de formación a la altura de los profesionales a los que representa en temas de actualidad en nuestro colectivo.
  • Manteniendo contactos a nivel político para respaldar el reconocimiento de nuestra profesión.
  • En que también en las Administraciones Públicas se exija como requisito la titulación en Ingeniería o Ingeniería Técnica en Informática a la hora de acceder al cuerpo a través de unas oposiciones o a la hora de desempeñar un puesto de trabajo claramente vinculado a nuestra Ingeniería, lo que redundará en las máximas garantías también para el ciudadano.

No te mantengas al margen, participa en este proceso que estamos viviendo en el que sea, muy posiblemente, la etapa de consolidación definitiva de nuestra profesión.

Al menos acude a la página del colegio y descubre todo lo que hay, ponte al día, interésate.

Cómo decíamos en las manifestaciones del 18D08 y 17M09: ¡No nos mires, únete!

viernes, 7 de agosto de 2009

Gestión del cambio y otros castigos

Desde que trabajo en la Administración Pública, y no hace mucho de ello, sólo 7 años (quizá sea ese el motivo) hay una cosa que me pone los pelos de punta: El modo en que la organización persiste por todos los medios en sus intentos de mantener la dependencia de sus recursos humanos.

Prácticamente todo responsable ve como una amenaza la movilidad dentro de la administración sea en forma de concursos de traslado, promoción interna, etc.

Por otro lado, los propios trabajadores, en ocasiones, ven la posibilidad de explotar esta situación obligando a los responsables a remover cielo y tierra para mantener a estas personas a su cargo ofreciéndoles mejores puestos, se adapten estos o no a sus características o proyección.

Siempre he pensado que la movilidad es una virtud, la capacidad para adaptarse a nuevos desafíos, vencer el miedo a lo desconocido, la confianza en las propias posibilidades...

Una vez que se afronta, el cambio es sano. Te permite aportar un nuevo punto de vista más fresco y sin prejuicios a la organización a la que llegas, plantearte cosas que nadie se plantearía después de unos años trabajando en el mismo sitio.

Desde este punto de vista esta claro que el beneficio es mutuo, para el trabajador y para la organización.

Pero, ¿qué pasa desde el punto de vista del conocimiento?

Esta claro que existen mecanismos de gestión que permiten, principalmente, empleando las nuevas tecnologías, procedimentar la extracción, almacenamiento, gestión y posterior uso del conocimiento para minimizar el impacto de la pérdida de recursos con gran experiencia en la organización.

¿Por qué estos mecanismos no tienen la eficacia o el éxito esperado o necesario en muchos de los casos?

Principalmente por dos causas: falta de necesidad y pérdida de empuje.

Falta de necesidad: Parece claro que la persona que conoce un procedimiento no tiene la necesidad de documentarlo. Sólo si su uso se distancia en el tiempo detectará esa necesidad. También la persona que desconozca ese procedimiento pero entre en contacto con él, sentirá (dolorosamente) esa necesidad.

Pérdida de empuje: No obstante, realizando en muchos casos fuertes apuestas personales y a costa de asumir críticas y quejas, en momentos determinados, se realizan esfuerzos puntuales, más o menos sostenidos en el tiempo, en los que se ponen en marcha mecanismos de gestión del conocimiento, del cambio, procedimientos, etc. Pero, invariablemente, el personal acaba perdiendo el empuje necesario para mantener estos sistema adaptados siempre a la nueva actualidad de la organización, lo que desemboca en su obsolescencia y abandono.

¿Qué podemos hacer para mantener siempre vivas la necesidad y el empuje?

Parece claro que hemos de aprovechar la necesidad y el empuje de las nuevas incorporaciones y que sean estas las que validen a través de su trabajo, la adecuación, conveniencia, eficacia, eficiencia, etc. De nuestro sistema de gestión del cambio.

De este modo, los mismos problemas que se encuentren en su incorporación laboral a la organización realimentarán la áreas de mejora del sistema.

P.e.

"¿Necesito que alguien me diga el procedimiento a seguir para tener acceso a mi computadora (a quién pedir el equipo, el usuario y contraseña, etc.)?" o "Esta entrada esta obsoleta y este procedimiento ya no es válido habría que actualizarlo" o "Este procedimiento podría mejorarse eliminando estos dos pasos y sustituyéndolos por este otro (es posible que nos encontremos con alguna sorpresa)"

Además da la oportunidad a las nuevas incorporaciones de sentirse útiles y productivos, aportando a la organización desde el primer día de su llegada.

Personal y particularmente estoy intentando poner en marcha un germen en mi Servicio y lo he llamado "Paquete de bienvenida".

Y, sobre todo, es necesario obtener el convencimiento de que el cambio no es sólo bueno sino necesario y que liberar un recurso no sólo le permite a él crecer profesionalmente sino, seguramente, también a la organización. Por difícil que nos resulte creerlo a priori, ya que nos obliga a adaptarnos y todos sabemos que las cosas cuanto más se practican mejor nos salen, ¿no?